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¿Por qué Anthony Richardson es infravalorado hacia el Draft NFL 2023?

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Anthony Richardson es uno de los prospectos que más polariza opiniones de todo el Draft NFL 2023 siendo considerado desde el número 4 hasta el número 19 global, dependiendo a quién le preguntes. Además, es considerado como el tipo de quarterback que puede hacer que te corran como Gerente General.

Anthony Richardson: un portento físico-atlético

Físicamente hemos visto pocos prospectos como Richardson. Sus medidas y estadísticas tanto en el Combine como dentro del terreno de juego son comparables a los de Cam Newton, algo que pocas veces hemos visto en la historia del deporte. Corrió 4.43 segundos en el Scouting Combine (percentil 97) y rompió el récord en la posición de QB, tanto de salto vertical, con 1 metro, como de salto longitudinal, con 3.27 metros. Dentro del campo rompió tackleadas en el 40% de sus acarreos, empatado con Bijan Robinson en este rubro, talento real para ganar como corredor puro.

A pesar de que se habla repetitivamente sobre su suelo bajo que posee Richardson, el hecho de que un QB pueda tener estas características físicas le otorga automáticamente un suelo alto, ya que puede producir a un alto nivel en el juego terrestre y mantener la ofensiva en un nivel promedio a pesar de los defectos que podría presentar a la hora de lanzar el balón.

¿Justin Fields es la medida?

Justin Fields la temporada pasada fue de los peores pasadores de toda la NFL con el tercer peor porcentaje de precisión debajo de Davis Mills y Derek Carr; además fue el sexto QB que menos jugadas grandes generó con su brazo y el QB con más pases lanzados que pudieron haber sido interceptados.

Sin embargo, a nadie le importó que Fields lanzara tan mal porque en cualquier momento podía llevarse el balón con sus manos para más de 50 yardas ayudando a la ofensiva a ser por encima del promedio a pesar de su terrible rendimiento como QB puro. Fue lo mismo con Jalen Hurts, Josh Allen y Lamar Jackson en su primera temporada como novatos quienes proporcionaron un alto suelo por cómo dominaban por tierra.

Muchos dicen que será imposible que Richardson logre mejorar los números de Justin Fields por aire e igualar su producción terrestre, siendo un mucho mejor atleta que Justin Fields, ya que el QB de Florida es físicamente un talento generacional. Por lo tanto, debemos de hacer a un lado la idea de que es imposible ponerlo a jugar en su primer año: con el sistema correcto, puede ser viable e incluso beneficioso. Este tipo de QB, que no son inteligentes leyendo las situaciones antes del snap y simplemente reaccionan con su físico a las jugadas, se ven beneficiados con cometer los errores, aprender de ellos y mejorar conforme pasa el tiempo.

Casos como los de Jalen Hurts, Josh Allen, Lamar Jackson y Justin Herbert tenían la misma etiqueta de imprecisos, atletas increíbles y malos tomadores de decisiones, por lo que sería necesario que juegue y aprenda en su primer año.

La precisión, el gran problema

Sin duda es arriesgado tomarlo arriba en el Draft NFL 2023 por sus terribles números de precisión, con el 28% de sus pases inatrapables para sus WR, además de su bajo porcentaje de pases completos que preocupa a los gerentes generales, e incluso podría ser una razón por la que volteen a otro lado.

No ayuda, además, que su técnica es terrible con el brazo increíblemente abierto cuando lanza, provocando que se tarde 3.18 segundos en pasar el balón, un tiempo inaceptable dentro de la NFL y una de las razones por la que a Justin Fields se le ha complicado tanto lanzar en la liga. También sus pies podrían mejorar mucho. Todas estas son razones completamente válidas por las que Richardson podría caer del Top 5 al Top 20.

A pesar de que la precisión es un tema preocupante para Richardson y probablemente nunca sea un QB preciso en la NFL, en ocasiones está sobrevalorada cuando un QB puede hacer cosas mágicas por tierra o tiene la capacidad de lanzar balas a más de 60 yardas que cambian completamente un partido, como es el caso de Josh Allen. La temporada pasada el de Buffalo un QB promedio en la estadística de CPOE (porcentaje de pases completos sobre lo esperado) y aun así fue el QB que más jugadas grandes generó con su brazo. Asimismo, Lamar Jackson, Aaron Rodgers y Tom Brady fueron considerados estadísticamente como QB imprecisos la temporada pasada y fueron grandes pasadores que rindieron a un nivel por encima del promedio.

¿Vas o no vas con Anthony Richardson?

Si yo fuera gerente general yo sí me jugaría esta apuesta, ya que este tipo de jugadores es lo que termina diferenciando a un equipo entre ser una franquicia contendiente con un QB bueno o ser una franquicia ganadora con un QB élite, porque en la NFL actual esto es lo que mueve la aguja y lo que gana campeonatos.

Además, existen muchos entrenadores de QB que que ayudan a mejorar todos los aspectos de técnica y precisión que posiblemente no se pueden aprender en colegial. Finalmente, si Anthony Richardson termina siendo un QB que no logra lanzar mejor que Justin Fields y está en niveles históricamente malos como Zach Wilson, el GM que lo seleccione se irá feliz (tal vez despedido, pero feliz) porque el proceso de su selección fue el correcto buscando maximizar el valor del roster yendo por el jugador con mayor upside de toda la clase y con todas las características físicas para ganar en las grandes ligas.

A final de cuentas, el Draft es un juego de probabilidades, y apostar por el prospecto que tiene todos los puntos importantes a su favor en este momento, será siempre la mejor decisión.

¿Qué opinión te queda de Anthony Richardson tras este artículo? ¿Te gustaría verlo en tu equipo? Te leemos en los comentarios bajo este post y en nuestras redes sociales.

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