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Los Cowboys quedan exhibidos a pesar de regreso sobre los Texans

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Los Dallas Cowboys sufrieron demasiado para ganarle a los Texans 27-23 en su último enfrentamiento correspondiente a la semana 14 de la NFL. Lo que aparentemente sería un día de campo para ellos, se transformó en una pesadilla que superaron casi de milagro innecesariamente. En el proceso, nos mostraron una fragilidad que puede preocupar para el que finalmente creía que este año, finalmente, era el bueno.

Porque si algo demostraron otra vez, es que aún no solucionan esas inconsistencias que les hemos visto tantas veces en el pasado, especialmente en playoffs. Por lo tanto, ¿hay que resignarnos a la misma historia de los últimos años en este equipo?

Los mismos Cowboys de siempre

La decepción es un tema recurrente cuando analizamos a los Cowboys en las últimas dos décadas en la NFL; sin embargo, siempre se las arreglan para ilusionar a más de uno en esta época de la temporada. Este año no ha sido la excepción, incluso se han ganado nuestros elogios por actuaciones recientes, pero nada de esto importa cuando sus defectos siguen aflorando últimamente.

Este equipo podrá estar 10-3, pero hasta el inicio del último cuarto contra los Texans, también estuvieron cerca de sumar su cuarta derrota de la campaña; ya sea porque en Houston recordaron que necesitaban seguir perdiendo para asegurar un mejor pick el próximo Draft NFL, o los Cowboys recordaron que eran el rival más fuerte, la cosa pudo tener un cierre diferente al que hemos vivido realmente.

Los Texans incluso dominaron el reloj de posesión por casi ocho minutos más que Dallas al final del encuentro; hasta la defensiva del equipo tuvo problemas para contenerlos y les permitieron 317 yardas y 64 jugadas en total. Gracias a errores constantes como dos entregas de balón durante el desarrollo del encuentro, fue que pudieron ir inclinando la balanza a su favor.

El QB Dak Prescott no se vio muy cómodo casi todo el encuentro, y sigue dejando dudas a su alrededor, puesto que lanzó dos intercepciones y dejó muchos pases en el camino, completando 24 de 39 para 277 yardas y una sola anotación. De cierta manera, el ataque sigue siendo más dependiente de sus corredores, el RB Tony Pollard (10 ACARR, 42 YDS, 1 TD) y RB Ezequiel Elliott (15 ACARR, 62 YDS, 1 TD), y para las condiciones de su pasador, eso es inadmisible.

Hoy su rival les dio mil y una oportunidades de redimirse, ¿pero qué pasará cuando deban enfrentar de nuevo a los Eagles esta campaña?

La defensiva se deja arrastrar a la inconsistencia

Este era uno de los peores ataques de toda la NFL; los Texans solo promediaban 16.2 puntos por juego y 193.1 yardas por aire llegando a este duelo; aun así, pudieron superar esas estadísticas fácilmente contra una defensiva top 10 en este momento.

El coordinador defensivo, Dan Quinn, que hasta ahora había maquillado los numerosos defectos del HC Mike McCarthy, deberá asumir su responsabilidad por dejar en tan mala posición a sus jugadores. Afortunadamente, tipos como el DE Demarcus Lawrence fueron capaces de corregir a tiempo para evitar la sorpresa.

En tercera y gol, cerca del final del encuentro, Lawrence se escabulló detrás del backfield de los Texans para derribar al RB Rex Burkhead tres yardas por detrás de la línea de scrimmage. Esto pareció reenergizar a sus compañeros, especialmente al DL Carlos Watkins, que detuvo a los Texans en cuarta oportunidad y le dio la oportunidad de ganar el encuentro a la ofensiva.

No obstante, es imposible dejar de pensar que esto fue exageradamente complicado frente a un rival muy inferior. Siendo probablemente también un ataque predecible, muy dependiente del RB Dameon Pierce (22 ACARR, 78 YDS, 1 TD), resulta extraño que tardaran tanto tiempo en ajustar adecuadamente.

La carrera por la NFC East sigue apretada

Con la clasificación de los Eagles ya en el bolsillo, se ve complicado que los Cowboys se lleven la división este año, pero sigue siendo matemáticamente posible, especialmente con un duelo pendiente entre ambos. A pesar de ello, también resulta preocupante darnos cuenta de los problemas que ha tenido Dallas para mantenerse en dicha contienda.

Para Philadelphia no siempre fue fácil, sin embargo, no les ha costado mucho recuperarse tras perder el invicto contra los Commanders, y ahora acumulan tres victorias de manera consecutiva. Mientras que los Cowboys siguen dejando dudas en el camino cuando parecían ir viento en popa a lo más alto de la NFC.

El tema de la regularidad no se le da muy bien a los dirigidos por Mike McCarthy, pero es desesperante ver lo poco que se avanza para lograrlo finalmente. Solo aquellos que la obtienen al final de la temporada, se pueden ver con el trofeo Vince Lombardi en febrero, así que, es complicado imaginarlo con los Cowboys este año.

Aun con todo, todavía tienen la oportunidad de callarnos la boca y evitar ser una decepción por enésima vez. Pues con el roster disponible, simplemente parece ilógico batallar tanto para reafirmarse como favoritos en la conferencia nacional.

¿Creen que este juego de los Cowboys deba preocupar para lo que se viene para ellos más adelante? Pueden dejarnos sus comentarios debajo de este artículo o a través de nuestras publicaciones en redes sociales.

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