Aaron Rodgers, “el ingeniero del TD” sigue con impulso de MVP – Desde la yarda 1

“Soy capaz de conseguir la grandeza. Se espera que yo llegue a ese nivel” – Aaron Rodgers.

Es difícil imaginar que un jugador con la cantidad de reconocimientos individuales, como los que ostenta Aaron Rodgers, sea más recordado por los momentos en los que falló, que aquellos en los cuales brilló y nos dejó maravillados por su habilidad atlética y capacidad de liderazgo.

Desafortunadamente, vivimos en una era en la que los logros individuales en deportes de conjunto, no significan nada si al final del día no consigues levantar el trofeo de campeón al final de la temporada.

Hablamos del ganador de un Super Bowl y MVP de ese juego. Tres veces MVP de la liga. Tres veces seleccionado All Pro. Nueve veces seleccionado al Pro Bowl. Líder histórico en rating de quarterback. Mayor cantidad de temporadas consecutivas ostentando un rating arriba de 100 puntos. Mayor cantidad de pases de touchdown de 70 o más yardas. Mejor relación pases de touchdown contra intercepciones en la historia.

Estos son solo algunos de los récords que Aaron Rodgers puede presumir en un currículum que seguramente lo llevará como selección de primera votación al Salón de la Fama.

Sin embargo, al igual que no sucede con jugadores de la talla de Dan Marino, el lugar común al que siempre nos vamos es: “pero es que ha perdido más campeonatos de los que ha ganado” [léase con voz molesta y de hartazgo].

Y sí, es un lugar más que común… Y, sin embargo, cierto. 

Por talento, estadísticas y partidos ganados, no hay duda de que Rodgers es elite. Eso no está en tela de juicio. Desafortunadamente, para la causa del número 12, cuando ese nivel de talento no se logra traducir en campeonatos, el lugar común es inevitable.

Parece ya lejano aquel 2011 (han pasado ya diez años), en que Aaron Rodgers maravillaba al mundo con su capacidad de leer defensivas y ejecutar la ofensiva de los Packers por nota ante los Steelers. Particularmente, de ese juego, me quedo con una jugada que ya nos daba aviso sobre el daño que Rodgers haría en años por venir.

Con el marcador 28-25 en favor de Packers. El reloj en 6:03, en el último cuarto y, el balón en la yarda 25 en propio territorio, en situación de 3 & 10; era fundamental que Green Bay consiguiera un primero y diez. 

Sabiendo de la necesidad de Green Bay por mantener la serie viva, Steelers amenazaba con mandar el blitzburgh contra Rodgers. Sin embargo, solo presionaron con tres. Dejando a dos jugadores a eliminar el campo corto y evitar una posible carrera, la defensiva decidió hacer una cobertura hombre a hombre, algo que Rodgers de inmediato detectó, pues los dos safeties de Steelers estaban en cobertura profunda para evitar un bombazo que terminara en una tragedia. Con la precisión de francotirador que lo caracteriza, Rodgers puso el balón donde solamente Greg Jennings podía atraparlo en carrera y el resto, es historia. Serie ofensiva consumidora de tiempo que culminaría con gol de campo de Mason Crosby para sellar el partido y así firmar el primer y único título de Super Bowl para Aaron Rodgers.

Jugadas como esa podemos encontrar miles en la carrera de Rodgers. El pase a Jared Cook para robarle el último partido divisional a Dallas. Sus múltiples Hail Marys El pase de touchdown contra Chicago en la Semana 17 para firmar el pase a playoffs, etc…

Para un servidor, particularmente, es una serie ofensiva ante los Dolphins en la semana 6 del 2014, donde, al más puro estilo de Dan Marino -y para que la cuña apriete- fingió azotar el balón con 14 segundos en el reloj, solo para convertir en zona roja con Davante Adams y después culminar con pase de touchdown a Andrew Quarless. Ese día, en mi mente, nació el “Ingeniero del Touchdown”.

Han sido muchos años de quedar maravillado por la habilidad inaudita que tiene Rodgers para “ingeniar” series ofensivas ganadoras y pases de touchdown que, pareciera, solamente existen en el Madden.

Todo esto, mientras nos seguimos preguntando: “¿Cuándo demonios volverá a alzar el Trofeo Lombardi?”. Año tras año –hasta parece cíclico– Aaron Rodgers firma campañas y playoffs espectaculares, silenciando a todos sus críticos, únicamente para llegar al juego por el campeonato de la NFC y quedar exhibido por sus rivales, ser cuestionado por los medios de comunicación, amenazar con su retiro y regresar para repetir todo otra vez.

Esta temporada no fue la excepción. Tras haber sido eliminado por Tampa Bay en el juego por el campeonato de la NFC. Solo que, a diferencia de otros años, la actitud retadora de Rodgers ante las críticas y un posible coqueteo con el retiro ha sido mayor. Desde el fiasco por su “inmunización” contra el Covid hasta su reacción contra los aficionados en Chicago, señalando que –palabras más, palabras menos– “los trae de hijos”, Rodgers últimamente ha acaparado los reflectores más por lo que ha hecho fuera, que dentro del emparrillado.

Aun así, “El Ingeniero”, tiene a los Packers como el segundo mejor equipo de su conferencia, mientras que en el plano individual suma ya 2,878 yardas y 23 pases de touchdown, contra solo 4 intercepciones (de las cuales 2 las lanzó en la semana 1).

Esta semana, Rodgers volverá a enfrentar a Chicago, buscando barrer –una vez más en su carrera– la serie contra los Bears. Como contexto a lo que pudiera significar otra cátedra de Rodgers ante su rival favorito, el 15% de los juegos ganados por Rodgers en su carrera, ha sido ante Chicago.

Ante los Bears, Rodgers ostenta un dominante récord de 21-5 con 6,208 yardas y 57 pases de touchdown contra 10 intercepciones.  No cabe duda, hay jugadores que se sienten cómodos cuando enfrentan a ciertos colores y, para Rodgers, los Chicago Bears representan ese botón que te activa el turbo.

Por si los Bears no fueran motivación suficiente para que Rodgers firme otra épica actuación, Green Bay podría proclamarse campeón divisional con una victoria ante Chicago, combinada con una derrota de Minnesota ante Pittsburgh.

¿Qué otras razones tienes para ver el Bears vs Packers de esta semana? Te leemos en los comentarios bajo este artículo y en nuestras redes sociales.