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“Deflategate vs Spygate” la antiprevia del reencuentro Tom Brady – Bill Belichick

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Por Luis Díaz-Trujillo (@eledetepe)

La NFL ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Miles de aficionados nuevos, nuevas generaciones, han entrado a este mundo de montañas rusas, en el que todos los equipos tienen temporadas buenas, regulares y malas. Bueno… casi todos. Actualmente, toda una generación de aficionados de los New England Patriots no han conocido por veinte años más que la bonanza de las victorias y de los récords ganadores gracias a Tom Brady y Bill Belichick … Hasta el año pasado.

Tom Brady y Bill Belichick generan tanta admiración como antipatía

Por supuesto, esto no solo ha resonado en la mente de los fanáticos del resto de la liga por las razones más benévolas. De hecho, muchos profesan un ferviente sentimiento contrario a todo lo que huela a los Patriots y sus dos grandes artífices de los triunfos. Náuseas, mareos y muecas que, aseguran, son originadas por un tufo de escándalos, situaciones poco claras, consecuencias insuficientes –para algunos– y, en general, la sensación de que más allá de su irreprochable dominio sobre los rivales, la dinastía de los Pats añadía el insulto a la injuria al exprimir el reglamento de competencia más allá de sus límites.

Por ello, y para dar cabida a todos los sentimientos que genera este reencuentro entre Tom Brady y Bill Belichik en el Buccaneers vs Patriots de este domingo en la Semana 4 de Temporada NFL 2021, hablaremos de dos de los mayores escándalos que rodean a sus protagonistas mientras establecieron una era de dominio absoluto en la NFL con los Patriots.

“Spygate”: la amenaza fantasma de Bill Belichick

El 9 de septiembre de 2007, un asistente de video de los Pats fue sorprendido grabando las señales de los New York Jets, desatando lo que se conocería posteriormente como el Spygate. La sombra de este escándalo ha acompañado la carrera y el legado de Bill Belichick como head coach, pues, según numerosos reportes, habría ordenado grabar las señales de sus oponentes al menos desde sus días como HC de los Cleveland Browns, y por supuesto, desde su primer año al frente de los Patriots, incluyendo las temporadas 2001, 2003 y 2004, donde el equipo terminaría ganando el Super Bowl.

Mientras la liga y el comisionado investigaban y sancionaban el caso, los New England Patriots siguieron ganando, hasta que perdieron el Super Bowl XLII con los New York Giants. La champaña de los perfectos Miami Dolphins se descorchó por fin, y los otros 31 equipos agradecieron al karma por evitar que hubiera un ganador del trofeo Vince Lombardi con un asterisco manchado de trampa.

Multa para el equipo, multa para Belichick, una primera ronda del Draft perdida, el descorazonador récord de 18-1, y la lesión de Tom Brady la temporada siguiente, parecieron suficiente castigo para el resto de la liga.

No obstante, la oscura neblina siguió rondando sobre las cabezas victoriosas, tanto de Belichick, como de Brady, quienes seguían dominando su división y siendo competitivos en la AFC, llegando incluso a otro Super Bowl que también perderían con los Giants.

“Deflategate”: El imperio contraataca

En enero de 2015, los Patriots vencían 45-7 a los Indianapolis Colts en la final de la AFC, y reportes de la prensa indicaban que la NFL inició entonces la investigación sobre una ventaja ilegal de New England, al mantener los balones con los que se jugó ese partido a una presión menor a la reglamentaria.

Tom Brady fue el receptor de toda la presión de la liga y de los medios, iniciando el escándalo conocido como Deflategate, mismo que después de una gran batalla de audiencias y testimonios –que llegó hasta los altos tribunales estadounidenses– le supuso al QB una sanción de cuatro partidos, que fueron pagados hasta el inicio de la temporada de 2016.

La larga disputa legal por la suspensión de Tom Brady y sus respuestas poco claras, así como la conclusión ambigua por parte de la liga (popularizada por la frase “Es más probable (que se haya cometido la falta) que no”), polarizó los ánimos de los aficionados.

Por un lado, los defensores del QB argumentaban una cacería de brujas, y otro, el resentimiento contenido de gran parte de la afición exigía, incluso, que se despojara a los Patriots de todos sus títulos. La realidad es que el fantasma del Spygate demostró que aún tenía influencia sobre la percepción de la NFL sobre la franquicia de New England, de su dueño Robert Kraft, de Tom Brady y Bill Belichick.

El resto es historia

Han pasado cinco años desde que se cumplió la sanción del Deflategate. Los Patriots ganaron otros tres trofeos Lombardi y Tom Brady otro más con Tampa Bay. El domingo será la primera vez que el QB juegue de visita en Foxborough, con toda la experiencia que le dejaron los años bajo la tutela de Bill Belichick, con todas las armas que los Buccaneers han puesto a su disposición, y con ansias de tener la marca de haber derrotado a los treinta y dos equipos de la liga. Bill Belichick, por su parte, sigue siendo el head coach que anula al mejor hombre del rival, y esta vez, recibe nada menos que al GOAT.

Definitivamente, Tampa Bay en New England es el partido de la semana. ¿Qué le tendrá preparado Belichick a su ex QB estrella? ¿Realmente no hay videos de las señales de los Bucs? ¿Tampa Bay utilizará balones peculiares? ¿O veremos algo inédito, que nos tenga hablando de eso por más años?

Te leemos en los comentarios bajo este artículo y en nuestras redes sociales.

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Don Ramón
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Don Ramón

Y pensar que hace unos años este juego era “uno de relleno”.

José Luis
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José Luis

va a ser el ¨Morbo Bowl¨