Por Eugenia Ruiz (@EugeniaR_)
Como aficionados a la NFL, no podemos negar que una de las cosas que más nos llama la atención (e incluso a veces disfrutamos) son las tackleadas y las grandes jugadas defensivas que vemos domingo tras domingo.
Sin embargo, como aficionados, también es importante que prestemos atención (y prioricemos) que la liga cuide a los jugadores y vea por su bienestar. Hace unos días, una de las noticias que robó la atención dentro de la NFL fue el asesinato de seis personas con arma de fuego cometido por el exjugador de la NFL, Phillip Adams, quien posteriormente se suicidó cerca del lugar de los hechos.
A pesar de que todavía no se conoce el estado psicológico de Adams, su familia concedió permiso para el cerebro del exdefensivo de cinco equipos distintos de la NFL, (entre los que destacan Raiders y Falcons) retirado de la liga desde 2015, sea evaluado en busca de evidencias de Encefalopatía Traumática Crónica, una enfermedad neurodegenerativa que se ha encontrado en varios exjugadores de la NFL –muchos de ellos envueltos en episodios de violencia incluso similares a los de Adams– y que solo puede ser diagnosticada tras la muerte del sujeto.
En este punto del desarrollo de la medicina, es bien conocido que esta enfermedad se desarrolla debido a los traumatismos sufridos en la cabeza y no es exclusivo de este deporte, pues se han investigado casos en el fútbol soccer y en el boxeo. Aunque la NFL ha modificado en gran medida las reglas para disminuir el contacto casco a casco, e incluso modificando el protocolo de conmociones, es necesario que esta enfermedad y el riesgo al que se exponen los jugadores permanezca siempre en la conversación.
Si bien la principal responsable para atender este problema es la misma NFL, es parte de nuestro deber como medios de comunicación el concientizar a la afición sobre la gravedad del tema y, sobre todo, respetar y apoyar los esfuerzos que la liga lleve a cabo para reducir la probabilidad de desarrollo de la enfermedad, por poco populares que sean e, incluso, aunque vayan en detrimento del ritmo, velocidad y violencia del deporte.
Por ello, la próxima vez que pienses que “ya no se golpean como antes”, “ahora la NFL castiga todo”, “pero el golpe no se vio tan duro”, piensa en las historias de varios jugadores con CTE, como la reciente de Phillip Adams, y una larga lista de tristes finales como los de Aaron Hernandez, Mike Webster, Junior Seau, Andre Waters. Como aficionados, nunca debemos anteponer nuestro entretenimiento a la salud y bienestar de los jugadores.
Al final, todo lo que ayude a preservar la salud de los deportistas y mantener su calidad de vida durante y después de su carrera, ayudará a que el futbol americano, y la NFL, se mantengan durante muchos años más en el futuro.
¿Tú qué opinas al respecto de los esfuerzos de la liga por prevenir la Encefalopatía Traumática Crónica en sus jugadores? Te leemos en los comentarios bajo este artículo y en nuestras redes sociales.
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