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¿Qué pasa con Odell Beckham Jr?

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Por Álvaro Moranchel.

Nota del Editor: Esta es una colaboración de nuestra sección Practice Squad, donde nuestros lectores aportan sus puntos de vista sobre lo que pasa en la NFL.

En las últimas semanas se ha hablado mucho del receptor estrella de los New York Giants y esos comentarios no han sido del todo positivos.No hablaré del talento de OBJ porque simple y sencillamente es algo que se da por sentado: es un jugador extraordinario y con mucho potencial. Me enfocaré en la pasión y emoción que proyecta este egresado de LSU, cómo la maneja durante los juegos (cuando lo hace) y cómo intervienen otros factores en esta situación.

Odell Beckham Jr. es un jugador muy apasionado, vive el juego y disfruta al 100 por ciento. Como buen receptor estelar tiende a ser una “diva” -me refiero a que demanda cierto protagonismo-, se frustra cuando no le envían pases, percibe que siempre está abierto y siempre quiere que llamen su número en jugadas importantes. La pasión no es una característica negativa en Beckham, la hemos visto en otras estrellas como Ray Lewis, Terrel Owens y hasta Lawrence Taylor. El problema viene en cómo se maneja esa pasión dentro del campo.

Árbitros y oponentes

El año pasado, Josh Norman demostró al mundo entero que OBJ es muy temperamental y puede “perderse” en el juego si se le provoca. Esta Temporada 2016, previo al partido contra Washington en la Semana 3, los reportajes hablaban del duelo “Beckham vs Norman”. Los medios se encargaron de hacer todo un circo alrededor de “la revancha”. El impacto fue tal, que previo al partido los oficiales hablaron con ambos jugadores -por separado- y les advirtieron que a la primera señal serían expulsados del partido; sin embargo, cuando Josh Norman cargó por algunas yardas a Beckham, los oficiales ignoraron las advertencias.

Esta semana, Xavier Rhodes, de los Vikings, repitió la dosis y con el juego físico sacó a Beckham de sus casillas. ¿El resultado? el peor partido como profesional del WR. Para ser justos, hubo otros factores, pero hay que notar que sólo tuvo 3 recepciones para 23 yardas y renunció a un pase que fue fácilmente interceptado por el mismo Rhodes. Algunos árbitros tienen ya una postura tendenciosa hacia OBJ y han sido varios los jugadores que se quejan de su forma de juego o de sus reclamos.

Solo frente al mundo

Podemos estar seguros de que habrá una cámara dedicada a seguir a Beckham durante todo el partido, es por eso que vimos el berrinche contra la portería de práctica, cuando azota su casco, o cuando no sabíamos si lloraba en las laterales o era simplemente sudor. La prensa ha encontrado un objetivo que explotará mientras siga dando de qué hablar.

Y hemos de decirlo, el equipo no ha manejado esta situación de la mejor manera. El HC Ben McAdoo dijo en una conferencia de prensa que Odell tiene que dejar de ser una distracción para el mismo y para el equipo; Eli Manning señaló que tiene que ser profesional y que todo lo que pasa se lo ha buscado el mismo; también el ex coach Tom Coughlin comentó que Odell tiene que dejar de ser una distracción e incluso se ofreció para hablar con él.

Para aumentar el volumen del problema, Beckham dijo en una reciente entrevista que ya no disfruta el juego y que se ha acercado al staff de coacheo para sugerir ajustes durante los partidos pero que simplemente no le hacen caso. En resumen: OBJ se siente solo frente al mundo.

El manejo de los Giants

No es fácil ser una estrella en la NFL y menos en un mercado como la ciudad de New York, donde la prensa tiene fama de ser muy incisiva. El receptor tiene sólo 23 años y es muy claro que no ha tenido la capacidad para manejar esta situación, pero tampoco ha recibido ayuda de sus compañeros y/o equipo.

No estoy diciendo que Beckham es una víctima en todo este alboroto, por supuesto que tiene muchas cosas por mejorar y también es cierto que ha defraudado a sus compañeros y a la afición, pero el simple hecho de anunciar la crisis a los cuatro vientos y criticar al jugador frente a los medios no es la mejor manera de solucionarlo.

Como dice el dicho, la ropa sucia se lava en casa, y es precisamente ahí donde los Giants fallaron. Ellos tienen experiencia tratando temas ásperos con la prensa neoyorkina y simplemente no ayudaron. Recuerdo que hace algunos años Tom Coughlin era la única voz a la que tenían acceso los medios. Sólo había entrevistas con los jugadores 1 o 2 veces en toda la temporada.

Esa medida no me parece tan descabellada ahora.

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